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Saturday, April 17, 2010

"Target"

Los bateristas Bun E. Carlos, Torry Castellano y aquellos magistrales ostinatos imposibles de olvidar...



I miss my country, I wish I were home.

Friday, April 16, 2010

"Reflexiones de un Insomne"

Con esta entrevista, el presentador Luis Alegre y el actor Juan Echanove han dado cátedra en el difícil arte la conversación. Es todo un lujo, ideal para poblar esas noches de insomnio. Lo mejor de la Televisión Aragonesa. Altamente recomendable.

"Sophisticated Lady"


"Dehisce Linomation Print - Hand Carved Animation"

Dehiscencia es un término biológico que describe el proceso mediante el cual material es liberado tras la apertura de un órgano o tejido. Mark Weber explora este concepto con una pieza de animación creada usando cerca de trescientos linocortes tallados a mano. El resultado es un reflexivo y alucinante viaje cíclico en un lazo contínuo sin comienzo ni fin.

Thursday, April 15, 2010

"Case Study: Das Experiment"

Filme de factura alemana basado en el controversial Experimento de Psicología que la Universidad de Standford condujo en 1971.

Una prisión es simulada en un laboratorio de investigación con celdas, barrotes y cámaras de seguridad en el que 20 voluntarios deben cumplir durante un período de dos semanas con los roles de guardias y prisioneros siguiendo una serie de lineamientos previamente establecidos: los "prisioneros" serán encerrados y sometidos a una serie de reglas elementales mientras que a los "guardias" se les asignará la tarea de resguardar el orden sin recurrir al uso de la violencia.

Todos los participantes son libres de abandonar el experimento cuando lo deseen —con la limitante de que ello tambien implicará la renuncia al pago.

Al comienzo la comunicación entre los dos grupos es insegura y empática. Sin embargo, muy pronto comienzan los conflictos y los guardias deberán aplicar sanciones cada vez más severas para confirmar su autoridad.


"The Stanford Prison Experiment"

El experimento de la cárcel de Stanford es un conocido estudio psicológico de la respuesta humana al cautiverio, en particular a las circunstancias reales de la vida en prisión y los efectos de los roles sociales impuestos en la conducta. Fue llevado a cabo en 1971 por un equipo de investigadores liderado por Philip Zimbardo de la Universidad de Stanford. Se reclutaron voluntarios que desempeñarían los roles de guardias y prisioneros en una prisión ficticia. Sin embargo, el experimento pronto se les hizo incontrolable y tuvo que ser cancelado abruptamente, antes de finalizar la primera semana.

Las preocupaciones éticas que envuelven a este tipo de estudio a menudo establecen comparaciones con el experimento de Milgram, que fue llevado a cabo en 1963 en la Universidad de Yale por Stanley Milgram, un antiguo colega de Zimbardo.

Metas y métodos

El estudio fue subvencionado por la Armada de los Estados Unidos, que buscaba una explicación a los conflictos en su sistema de prisiones y en el del Cuerpo de Marines de los Estados Unidos. Zimbardo y su equipo intentaron probar la hipótesis de que los guardias de prisiones y los convictos se autoseleccionaban, a partir de una cierta disposición que redundaba en malas condiciones en tales situaciones.

Los participantes fueron reclutados por medio de anuncios en los diarios y la oferta de una paga de 15 dólares diarios por participar en la “simulación de una prisión”. De los 70 que respondieron al anuncio, Zimbardo y su equipo seleccionaron a los 24 que estimaron más saludables y estables psicológicamente. Los participantes eran predominantemente blancos, jóvenes y de clase media. Todos eran estudiantes universitarios.

El grupo de 24 jóvenes fue dividido aleatoriamente en dos mitades: los “prisioneros” y los “guardias”. Más tarde los prisioneros dirían que los guardias habían sido elegidos por tener la complexión física más robusta, aunque en realidad se les asignó el papel mediante el lanzamiento de una moneda y no había diferencias objetivas de estatura o complexión entre los dos grupos.

La prisión fue instalada en el sótano del departamento de psicología de Stanford, que había sido acondicionado como cárcel ficticia. Un investigador asistente sería el “alcalde” y Zimbardo el “superintendente”.

Zimbardo estableció varias condiciones específicas que esperaba que provocaran la desorientación, la despersonalización y la desindividuación.

Los guardias recibieron porras y uniformes caqui de inspiración militar, que habían escogido ellos mismos en un almacén militar. También se les proporcionaron gafas de espejo para impedir el contacto visual (Zimbardo dijo que tomó la idea de la película Cool hand Luke - La leyenda del indomable). A diferencia de los prisioneros, los guardias trabajarían en turnos y volverían a casa durante las horas libres, aunque durante el experimento muchos se prestaron voluntarios para hacer horas extra sin paga adicional.

Los prisioneros debían vestir sólo batas de muselina (sin ropa interior) y sandalias de goma, que Zimbardo escogió para forzarles a adoptar “posturas corporales no familiares” y contribuir a su incomodidad para provocar la desorientación. Se les designaría por números en lugar de por sus nombres. Estos números estaban cosidos a sus uniformes. Además debían llevar medias de nylon en la cabeza para simular que tenían las cabezas rapadas, a semejanza de los reclutas en entrenamiento. Además, llevarían una pequeña cadena alrededor de sus tobillos como “recordatorio constante” de su encarcelamiento y opresión.

El día anterior al experimento, los guardias asistieron a una breve reunión de orientación, pero no se les proporcionaron otras reglas explícitas aparte de la prohibición de ejercer la violencia física. Se les dijo que era su responsabilidad dirigir la prisión, lo que podían hacer de la forma que creyesen más conveniente.

Zimbardo transmitió las siguientes instrucciones a los “guardias”:

"Pueden producir en los prisioneros que sientan aburrimiento, miedo hasta cierto punto, pueden crear una noción de arbitrariedad y de que su vida está totalmente controlada por nosotros, por el sistema, ustedes, yo, y de que no tendrán privacidad... Vamos a despojarles de su individualidad de varias formas. En general todo esto conduce a un sentimiento de impotencia. Es decir, en esta situación tendremos todo el poder y ellos no tendrán ninguno."

— video The Stanford Prison Study, citado en Haslam & Reicher, 2003.

A los participantes habían sido seleccionados para desempeñar el papel de prisioneros se les dijo simplemente que esperasen en sus casas a que se les “visitase” el día que empezase el experimento. Sin previo aviso fueron “imputados” por robo a mano armada y arrestados por polícias reales del departamento de Palo Alto, que cooperaron en esta parte del experimento.

Los prisioneros pasaron un procedimiento completo de detención por la policía, incluyendo la toma de huellas dactilares, que se les tomara una fotografía para ser fichados y se les leyeran sus derechos Miranda. Tras este proceso fueron trasladados a la prisión ficticia, donde fueron inspeccionados desnudos, “despiojados” y se dieron sus nuevas identidades.



Resultados

El experimento se descontroló rápidamente. Los prisioneros sufrieron—y aceptaron— un tratamiento sádico y humillante a manos de los guardias, y al final muchos mostraban graves trastornos emocionales.

Tras un primer día relativamente anodino, el segundo día se desató un motín. Los guardias se prestaron como voluntarios para hacer horas extras y disolver la revuelta, atacando a los prisioneros con extintores sin la supervisión directa del equipo investigador. A partir de este momento, los guardias trataron de dividir a los prisioneros y enfrentarlos situándolos en bloques de celdas "buenos" y "malos", para hacerles creer que había "informantes" entre ellos. Esta treta fue muy efectiva, pues no se volvieron a producir rebeliones a gran escala. De acuerdo con los consejeros de Zimbardo, esta táctica había sido empleada con éxito también en prisiones reales estadounidenses.



Los "recuentos" de prisioneros, que habían sido ideados inicialmente para ayudar a los prisioneros a familiarizarse con sus números identificativos, evolucionaron hacia experiencias traumáticas en las que los guardias atormentaban a los prisioneros y les imponían castigos físicos, que incluían ejercicios forzados.

Se abandonaron rápidamente la higiene y la hospitalidad. El derecho de ir al lavabo pasó a ser un priviliegio que podía (como frecuentemente ocurría) ser denegado. Se obligó a algunos prisioneros a limpiar retretes con sus manos desnudas. Se retiraron los colchones de las celdas de los "malos" y también se forzó a los prisioneros a dormir desnudos en el suelo de hormigón. La comida también era negada frecuentemente como medida de castigo. También se les obligó a ir desnudos y a llevar a cabo actos homosexuales como humillación.

El propio Zimbardo ha citado su propia implicación creciente en el experimento, que guió y en el que participó activamente. En el cuarto día, él y los guardias reaccionaron ante el rumor de un plan de huida intentando trasladar el experimento a un bloque de celdas reales en el departamento local de policía porque era más "seguro". La policía rechazó su petición, alegando preocupaciones por el seguro y Zimbardo recuerda haberse enfadado y disgustado por la falta de cooperación de la policía.

A medida que el experimento evolucionó, muchos de los guardias incrementaron su sadismo—particularmente por la noche, cuando pensaban que las cámaras estaban apagadas. Los investigadores vieron a aproximadamente un tercio de los guardias mostrando tendencias sádicas "genuinas". Muchos de los guardias se enfadaron cuando el experimento fue cancelado.

Un argumento que empleó Zimbardo para apoyar su tesis de que los participantes habían internalizado sus papeles fue que, cuando se les ofreció la "libertad condicional" a cambio de toda su paga, la mayoría de los prisioneros aceptó el trato. Pero cuando su libertad condicional fue "rechazada", ninguno abandonó el experimento. Zimbardo afirma que no tenían ninguna razón para seguir participando si eran capaces de rechazar su compensación material para abandonar la prisión.

Los prisioneros empezaron a mostrar desórdenes emocionales agudos. Un prisionero desarrolló un sarpullido psicosomático en todo su cuerpo al enterarse de que su "libertad condicional" había sido rechazada (Zimbardo la rechazó porque pensaba que trataba de un ardid para que le sacaran de la prisión). Los llantos y el pensamiento desorganizado se volvieron comunes entre los prisioneros. Dos de ellos sufrieron traumas tan severos que se les retiró del experimento y fueron reemplazados.

Uno de los prisioneros de reemplazo, el Prisionero número 416, quedó horrorizado por el tratamiento de los guardias y emprendió una huelga de hambre. Se le recluyó en confinamiento solitario en un pequeño compartimento durante tres horas, en las que le obligaron a sostener las salchichas que había rechazado comer. El resto de los prisioneros lo vieron como un alborotador que buscaba causar problemas. Para explotar este aspecto los guardias les ofrecieron dos alternativas: podían o bien entregar sus mantas o dejar al Prisionero número 416 en confinamiento solitario durante toda la noche. Los prisioneros escogieron conservar sus mantas. Posteriormente Zimbardo intervino para hacer que 416 volviera a su celda.

Zimbardo decidió terminar el experimento prematuramente cuando Christina Maslach, una estudiante de posgrado no familiarizada con el experimento, objetó que la "prisión" mostraba unas pésimas condiciones, tras ser introducida para realizar entrevistas. Zimbardo se percató de que, de las más de cincuenta personas externas al experimento que habían visto la prisión, ella fue la única que cuestionó su moralidad. Tras apenas seis días, ocho antes de lo previsto, el experimento fue cancelado.

Conclusiones

Se ha dicho que el resultado del experimento demuestra la impresionabilidad y la obediencia de la gente cuando se les proporcionan una ideología legitimadora y el apoyo institucional. También ha sido empleado para ilustrar la teoría de la disonancia cognitiva y el poder de la autoridad.

En psicología se suele decir que el resultado del experimento apoya las teorías de la atribución situacional de la conducta en detrimento de la atribución disposicional. En otras palabras, se supone que fue la situación la que provocó la conducta de los participantes y no sus personalidades individuales. De esta forma sería compatible con los resultados del también famoso experimento de Milgram, en el que gente ordinaria cumple órdenes de administrar lo que parecen shocks eléctricos fatales a un compañero del experimentador.

Casualmente poco después de la finalización del estudio se produjeron motines sangrientos en las prisiones de San Quintín y Attica, y Zimbardo comunicó sus descubrimientos al Comité judicial de los Estados Unidos.

Críticas al experimento

El experimento fue ampliamente criticado por su falta de ética y considerado en los límites del método científico. Los críticos incluyen a Erich Fromm, que cuestionó si se podrían generalizar los resultados del experimento.

Como fue un trabajo de campo, fue imposible llevar a cabo los controles científicos tradicionales. Zimbardo no fue un mero observador neutral, sino que controló la dirección del experimento como "superintendente". Las conclusiones y las observaciones de los investigadores fueron muy subjetivas y basadas en anécdotas, y el experimento es muy difícil de reproducir por otros investigadores.

Algunos de los críticos al experimento argumentan que los participantes basaban su conducta en cómo se esperaba que se comportasen o que la modelaron de acuerdo con estereotipos que ya tenían sobre prisioneros y guardias. En otras palabras, los participantes realizaban un mero juego de rol. Como respuesta, Zimbardo declaró que incluso aunque inicialmente pudiera haber sido un juego de rol, los participantes internalizaron sus papeles a medida que el experimento continuó.

El experimento fue criticado también respecto a su validez ecológica. Muchas de las condiciones impuestas al experimento fueron arbitrarias y pueden no estar correlacionadas con las condiciones reales de las prisiones, incluyendo la llegada de los "prisioneros" con los ojos vendados, hacerles vestir solamente batas, no permitirles vestir ropa interior, impedirles mirar a través de ventanas y prohibirles usar sus nombres reales. Zimbardo se defendió de estas críticas declarando que la prisión es una experiencia confusa y deshumanizante, y que era necesario impulsar estos procedimientos para darles a los "prisioneros" las condiciones mentales adecuadas; pero es difícil saber cuán similares son estos efectos a los de una verdadera prisión, y las condiciones del experimento son difíciles de reproducir exactamente para que otros investigadores puedan llegar a conclusiones a este respecto.

Algunos dicen que el estudio fue demasiado determinista: los informes describen diferencias significativas en la crueldad de los guardias, el peor de los cuales fue llamado "John Wayne" por los prisioneros, pero otros fueron más amables y a menudo concedieron favores a los prisioneros. Zimbardo no realizó ningún intento de explicar estas diferencias.

Por último, la muestra fue muy pequeña, de sólo 24 participantes en un periodo de tiempo relativamente pequeño. Y dado que los 24 interactuaban en un mismo grupo, tal vez sea más correcto considerar el tamaño de la muestra como 1.

Haslam y Reicher (2003), psicólogos de la Universidad de Exeter y la Universidad de St. Andrews, llevaron a cabo una repetición parcial del experimento con la asistencia de la BBC, que televisó escenas del estudio en un reality show llamado “El experimento”. Los resultados y conclusiones fueron muy diferentes a los de Zimbardo. Aunque su procedimiento no fue una réplica directa del de Zimbardo, su estudio arroja nuevas dudas sobre la generalidad de sus conclusiones.

Cultura popular

- Una novela de 1999 del autor alemán Mario Giordano titulada Black Box se inspiró en el experimento de Stanford.

- Das Experiment (El experimento), película alemana del director Oliver Hirschbiegel rodada en 2001, está basada en la novela de Giordano, que a su vez se inspira en el experimento.

- En 2002 la BBC realizó un documental titulado "The Standford Prison Experiment" en el que se cuentan todos los detalles del experimento incluyendo entrevistas a Zimbardo y a los voluntarios Clay Ramsay -prisionero 416- y Dave Eshleman - guardia "John Wayne":



- Mas recientemente, el sitio web de fotografía flickr.com ha presentado una Galería de fotos del sótano del Departamento de Psicología de Stanford tal como luce hoy día. El pasillo que lo atraviesa es largo y estrecho como lo es de confinado. Es fácil imaginar por qué alguien lo pensaría como un espacio para recrear una cárcel. La sensación de encierro que se siente cuando se recorre el pasillo aún permanece, a pesar de las innumerables redecoraciones que ha sufrido a lo largo de los años.

"The Lucifer Effect"

¿Qué ocurre cuando se coloca a gente buena en un ambiente perverso? ¿Qué lleva a una persona aparentemente estable y emocionalmente sana a cometer los más horrendos y atroces crímenes?

Podemos asumir que la mayoría de los humanos somos, por lo general, criaturas morales. Pero imaginemos por un momento que esa moralidad es como la velocidad de un automóvil que a veces se coloca en neutro. Cuando esto ocurre, la moralidad se desacopla y, si el vehículo se encontraba en un plano inclinado, carro y conductor se precipitarán velozmente cuesta abajo. Será sólo la naturaleza de las circunstancias lo que determinará la reacción ante el estímulo, no las destrezas del conductor o sus intenciones.

Esta interesante analogía es la que bien podría condensar el extenso estudio que el doctor Philip Zimbardo ha presentado en su más reciente libro "El Efecto Lucifer". Zimbardo, el reconocido psicólogo que llevó a cabo el experimento de Stanford y que ha dedicado mas de cuatro décadas al estudio de los aspectos mas escabrosos de la mente humana respalda sus ideas sobre la dicotomía del bien y el mal basado en la teoría de cómo las fuerzas situacionales y la dinámica de un grupo pueden trabajar en conjunto para producir monstruos a partir de hombres y mujeres decentes.

Zimbardo completa su estudio expandiéndose hacia el ámbito sociológico abarcando tópicos que van desde la maleficencia corporativa a las torturas de prisioneros de guerra hasta el genocidio organizado.

Una interesante lectura que abrirá los ojos de muchos, especialmente los de todos aquellos interesados en conocer más acerca de ciertas sociedades disfuncionales donde la instigación al crimen y al delito son cosas de todos los días.

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"The Lucifer Effect: Understanding How Good People Turn Evil "

Lea fragmentos del libro pulsando en este enlace, vía books.google.com

Wednesday, April 14, 2010

"Day Eighty-Eight: The Valley Of Death (II)"

El acceso al valle era demasiado remoto lo cual siempre la hizo una zona difícil de abastecer. Es por eso que no ha sido una sorpresa la comunicación que llegó hace un par de semanas cuando el comando estratégico decidió suspender las operaciones en este frente.

Nos iremos sí pero con dignidad, la moral en alto y un montón de muertos del otro bando en nuestro récord. Esto no se termina, es simplemente un cambio de estrategia. Por lo pronto lo que queda es recoger y a transportar TODO, absolutamente todo — la munición que no usamos, las antenas, los sistemas satelitales, el equipo de telecomunicaciones, amén de quemar mapas y documentos.

Jamás le dejaremos a esos bastardos algo que puedan usar contra nosotros.

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Friday, April 2, 2010

"Day Seventy-Six: SOG"

Las responsbilidades del grupo se han expandido a un punto tal que ya comienzan practicamente a abarcarlo todo…o casi todo: desde captura de prisioneros pasando por la confirmacion de la existencia de algo visto en reconocimiento aéreo hasta la ubicación de sensores en las polvorientas carreteras de acceso para darle a Inteligencia una idea del nivel de tráfico en la zona.

Se ha tratado, en la medida de lo posible, de que cada misión sea meticulosamente planeada y ensayada. El éxito tambien ha dependido enormemente en la presunción que hemos hecho de pensar al enemigo como un cuadro que se encuentra a minutos, segundos de distancia.

Desde hace varios días dejamos de usar uniformes americanos y nuestras armas son ahora fusiles automáticos modificados de modo tal que nada pueda ser rastreado hasta la Agencia.