Thursday, February 4, 2010
"Case Study: The Lives Of Others"
“The Lives of Others" es, a la vez, un formidable thriller político y una conmovedora historia humana. El filme abre en un salón de clase de la academia policial, en Berlín del Este, en 1984 con una escena en la que un oficial de la Stasi, el capitán Gerd Wiesler, nombre código “HGW XX/7” demuestra sus técnicas de interrogación a un grupo de jóvenes aspirantes usando una grabación magnetofónica de una sesión de interrogatorio que él mismo aplicó a un cuadro sospechoso.
Durante su exposición, un estudiante levanta la mano y hace una pregunta que Wiesler encuentra demasiado compasiva (léase una observación burguesa) un acto al que el profesor responde marcando discretamente el nombre del estudiante en la lista de asistencia. Es obvio que este joven ya puede despedirse de sus aspiraciones policiales —su nombre acaba de ser marcado— lo cual pueda significar a lo mucho que ya ha raspado el curso, si es que es lo suficientemente afortunado para que esa misma observación no le lleve a terminar en algo peor.
("1984, Berlín del Este, el Glásnost no está a la vista.
La población de la GDR es mantenida bajo el estricto control de la Stasi,
la Policía Secreta de Alemania del Este.
Su fuerza de 100.000 empleados y 200.000 informantes
salvaguarda la Dictadura del Proletariado.
Su objetivo: "Saberlo todo.")
La primera media hora del filme nos presenta un retrato de Wiesler que casi raya en lo caricaturesco: Wiesler es un experimentado oficial de la Stasi que conduce sus investigaciones de una manera pulcra, prolija; un policía altamente capacitado que realiza su trabajo bajo una auto-impuesta metodología regida por una celosa disciplina. Se sabe parte del engranaje de “el sistema”, trabajando anónimamente y sin descanso, convencido como está que sus esfuerzos son necesarios para la construcción de un mejor “modelo socialista.”
Al final de la clase, el teniente-coronel Anton Grubitz, viejo compañero de estudio de Wiesler en los tiempos de la vieja escuela (y quizá su único amigo) y quien ha sido promovido como jefe del Departamento de Cultura de la Stasi, se acerca a invitarle a la première de una obra de teatro. El autor de la obra es el celebrado dramaturgo de Alemania de Este Georg Dreyman y su personaje principal en la obra es interpretado por la amante de Dreyman, Christa-Maria Sieland, una actriz de gran reputación. Hasta ahora, Dreyman, quien ha vivido cómodamente en su apartamento de Berlín del Este goza de cierta notoriedad entre los altos oficiales de la Deutsche Demokratische Republik al tiempo que preserva el respeto de sus colegas artistas usando su hasta ahora relativa posición de intermediario entre el gremio y el Estado a favor de sus amigos disidentes.
Desde el principio Wiesler sospecha que la lealtad de Dreyman no es tan fuerte como aparenta en la superficie, a pesar de que el alto estamento lo considera uno sus escritores más leales y representativos. Baja el telón, el público aplaude y, cuando los asistentes comienzan a desalojar el teatro para asistir a la celebración, Grubitz se acerca para mantener una breve conversación acerca de Dreyman con el Ministro de Cultura Bruno Hempf.
Hempf se siente atraído por la actriz principal pero sabe que ella no puede corresponder a sus avances por estar involucrada sentimentalmente con Dreyman. La solución de Hempf: encontrar una excusa pasar sacar a Dreyman del medio, eliminarlo al costo de lo que sea. Hempf, que también es miembro del Zentralkomitee o Comité Central y que tiene autoridad sobre la Stasi, le dice a Grubitz acerca de sus reservaciones sobre la fidelidad de Dreyman al Partido (el Sozialistische Einheitspartei Deutschlands) sugiriendo que se lleve a cabo una investigación profunda sobre las costumbres, vida, hábitos y pensamientos de Dreyman.
Grubitz, siempre ansioso de oportunidades que le permitan mejorar su futuro político, comisiona a su amigo Wiesler para que maneje esta tarea como Procedimiento Operativo -el más alto nivel de monitoreo sobre posibles cuadros disidentes. La operación, bautizada con el nombre código Lazlo, en lo que quizás pueda ser un guiño cinéfilo a la película Casablanca, se implementa con precisión casi milimétrica, una sigilosa misión de vigilancia a la que Wiesler se compromete a ejecutar personalmente…
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fascinating... i wonder if technology has taken over the "art" of spy craft, the soul of the hunch or has infuenced the gut feeling, that made old school agents be so amazing...
ReplyDeleteOn the other hand, placing the issue in VEN, is almost unreal to the common citizen to even imagine that people like "Wiesler" could be operating in our land, people that seem to come out of a movie like Spy Games or Midnight Sun.
Some times i wonder if i have what it takes to be an Operative, or simply an asset, is there anything that i value enough to put my self in that position or is just simply a passion some extraodinary individuals are born with...
Then again, in a country like VE, where patriotism is really weak, no such things as like pledge of allegiance, flags are rarely seen and such, who are these guys who handle the "intelligence business" down there, are they really in it for the country or simply for a wage...
"sad but true"!
Stay Safe... Go get them!
P.S: The "stay safe" is catching on to other fellow bloggers hehe!
PeC
Hi Pablo,
ReplyDeleteThanks for your participation!
I will not be surprised if something like this becomes common norm. Especially in the land of VE, where anything (bad) can happen...